A veces, nos encontramos que, por situaciones o circunstancias nuevas, tenemos que aplicarle a nuestro perro o gato elementos no deseados para ellos, como son: el bozal, el collar isabelino, cortarle las uñas, darle medicación, etc. Normalmente, tendemos a aplicar estos elementos directamente o intentando hacer una pequeña habituación, dando de resultado el rechazo de nuestro animal o su aceptación forzada.
1. ¿Cómo debe ser la habituación?
Al ser un aspecto común que puede afectar a la mayoría de nuestros animales a lo largo de su vida, consideramos de vital importancia poder darte 4 apuntes sobre cómo debes hacer estas introducciones de forma correcta a tu perro y a tu gato:
1. La habituación no debe de ser en ningún caso forzada, ya que sino tu perro o tu gato interpretará el elemento en cuestión como negativo y, por lo tanto, como si fuera la aplicación de un castigo.
2. Por lo tanto, la habituación debe ser siempre en positivo. Es decir, que la base de aprendizaje siempre sea mediante el refuerzo positivo (juego controlado, caricias y/o premios comestibles).
3. Debes respetar el ritmo de aceptación de tu animal y habituarlo con el tiempo que él necesite.
4. Debes entender su lenguaje para saber hasta qué punto se siente tranquilo y cómodo y hasta qué punto se siente intranquilo y estresado.
2. ¿Qué es lo más importante de la habituación?
Para ello, la ayuda de un profesional en etología clínica y en educación canina y felina en positivo, será la clave para poder hacer cada paso sin ningún fallo que impida el avance en esta habituación, ya que, un error en la práctica, puede hacernos retroceder pasos atrás que ya habíamos conseguido.
3. ¿Qué beneficios tiene este tipo de habituación?
La correcta habituación en positivo de tu perro o tu gato a un bozal, collar isabelino, cortarle las uñas, darle medicación, etc. hará que:
1. Tu animal se sienta cómodo en todo momento, sin que sea difícil aplicarle estos elementos.
2. Que la motivación de tu animal sea siempre positiva y nunca exista una base de miedo en estas situaciones.
3. Ayudarás a que su bienestar no disminuya y se pueda mantener.
4. Es la única manera de no perder vuestro vínculo afectivo y que éste se refuerce todavía más. Es el modo de que tu perro o tu gato tenga más confianza contigo y te haga caso por este vínculo y no por miedo.
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Estamos a tu disposición por si tienes dudas o si necesitas ayuda profesional en el manejo y el comportamiento de tu perro o tu gato.
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